viernes, 18 de julio de 2008

MAESTRO ROBERTO FONTANARROSA, hace 1 año que lo extrañamos






CULTURA NACIONAL Y POPULAR Y NEGRO FONTANARROSA SON SINONIMOS. Un maldito 19 de julio de 2007 nos dejó huerfanos de humor y sabiduría uno de los Padres de la Cultura Nacional y Popular. Honró su vida y fue un ejemplo de integridad hasta su último minuto.



NUNCA SE ESCUCHO A NADIE HABLAR MAL DE EL. Hizo el milagro que lloraran juntos Leprosos y Canallas ese maldito 19 de Julio. Su amigo Joaquin Sabina dice cuando muere gente como él, como Adolfo Castello, "Y por que no se mueren mejor los Hijos de Putas..."

Sus amigos, sus fans, sus lectores, sus discipulos, lo recuerdan siempre con una sonrisa, con una reflexión. Ante una pregunta tonta, en una de las tantas entrevistas que se le hicieran –algo así como “¿qué opina del Cielo?”, en obvia referencia religiosa–, Roberto Fontanarrosa dio una respuesta inesperada pero genial: “¿El Cielo... A mí me basta con un bar y una cancha de futbol.”

El Negro Nacío y elegió Vivir toda su vida en Rosario. Alli tenía las cosas que mas le gustaban en el mundo. SU Rosario Central, sus amigos, su Bar El Cairo y claro esta, las Minas más lindas del Mundo. En el Congreso de la Lengua, que se realizo en el 2004 en Rosario, comenzo diciendo: "Yo afirmo que esta ciudad tiene bellas mujeres y buen futbol... que mas puede ambicionar un intelectual!" Esto resume su amor por Rosario.

Genial Humorista, Escritor, Dibujante, entre sus obras podemos encontrar al entrañable Inodoro Pereira, con su perro Mendieta, su esposa Eulógia y su contexto telúrico. A Boogie el Aceitoso. A la Hermana Rosa haciendo permanentemente de corresponsal cundo la selección jugaba algo en el exterior. Sus Cuentos, sus Novelas. TANTO ARTE, TANTA CARICIA PARA EL ALMA!!!

Te extrañamos Negro, nos hace falta reirnos todos los domingos con las ocurrencias de Inodoro o el chiste que dibujabas todos los días en Clarín (sera por eso que ya casi no vale la pena leer ese diario?)


Pensamos una manera de Homenajearte, y no fuimos originales, se nos ocurrio copiar la brillante "DEFENSA DE LAS MALAS PALABRAS" que diste en el III Congreso de la Lengua. Gracias Negro!!!


Defensa de las malas palabras - III Congreso de la Lengua - Rosario 2004

No sé que tiene que ver con lo de la internacionalización, que, aparte, ahora que pienso, ese título lo habrán puesto para decir que una persona que logra decir correctamente in-ter-na-cio-na-li-za-ción es capaz de ponerse en un escenario y hablar algo —porque es como un test que han hecho—.

Algo tendrá que ver el tema, éste, el de la malas palabras, por ejemplo, con éste, como el que decía el amigo Escribano (José Claudio Escribano). Se nota que es tan polémica esta mesa que es la única a la que le han asignado "escribano" para que se controle todo lo que se dice en ella.

Es un aporte real en cuanto al intercambio. Me ha tocado vivir, cuando he tenido que acompañar a la Selección Argentina a partidos (de fútbol) en Latinoamérica. El intercambio que hay en esos casos de este lenguaje es de una riqueza notable; es más, en Paraguay nos decían "come gatos" que es, estrictamente para los rosarinos, "un rosarinismo".

Un Congreso de la Lengua es, más que todo, para plantearse preguntas. Yo, como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué? ¿Quién dice qué tienen las malas palabras? ¿O es que acaso les pegan las malas palabras a las buenas? ¿Son malas porque son de mala calidad? ¿O sea que cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿O, cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?

Obviamente, no se quién las define como malas palabras. Tal vez sean (ellas) como esos villanos de viejas películas —como las que nosotros veíamos—, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos. Tal vez nosotros, al marginarlas, las hemos derivado en palabras malas. Lo que yo pienso es que brindan otros matices, muchas de ellas. Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo; entonces: hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunas incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.

El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada —no sé si está en el diccionario de dudas—, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede hacer referencia a algo que tiene pelotas, que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza, está en la letra t. Analicémoslo —anoten las maestras—: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTudo.

Otra cosa, hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa —esa es otra particularidad, porque todos los países tienen malas palabras pero se ve que las leyes de algunos países protegen y en otros no—, hay una palabra maravillosa, decía, que es carajo.

Yo tendría que recurrir a mi amigo y conocedor, Arturo Pérez Reverte, conocedor en cuanto a la navegación, porque tengo entendido que el carajo era el lugar donde se colocaba el vigía, en lo alto de los mástiles de los barcos para divisar tierra o lo que fuere; entonces mandar a una persona al carajo era estrictamente eso, mandarlo ahí arriba.

Amigos mexicanos con los que estuve cenando anoche me estuvieron enseñando una cantidad de malas palabras mexicanas. Ahora que lo pienso creo que me estaban insultando porque se suscitó un problema con la cuenta a la hora de pagar. Me explicaban que las islas Carajo son unas islas que están en el océano Indico.

En España, el carajillo es el café con coñac y acá apareció como mala palabra, al punto que se llega a los eufemismos, se decía caracho; es de una debilidad absoluta y de una hipocresía... ¿no?

A veces hay periódicos que ponen: "El senador Fulano de Tal envío a la m... a su par". La triste función de esos puntos suspensivos, realmente el papel absurdo que están haciendo ahí, merecería también una discusión acá, en el Congreso de la Lengua.

Voy a ir cerrando. Hay otra palabra que quiero apuntar que creo es fundamental en el idioma castellano, que es la palabra "mierda", que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes—, porque es mucho más débil como la dicen los cubanos: mieLda, que suena a chino, y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, le quita posibilidades de expresividad.

Voy cerrando, después de este aporte medular que he hecho al lenguaje y al Congreso. Lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría (no quiero hacer una teoría) es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una Navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje, que las vamos a necesitar.

Roberto Fontanarrosa

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